viernes, 2 de enero de 2009

El Amor

El amor es el más profundo de los sentimientos humanos. Es un veneno de la felicidad que si no se sabe beber en las dosis adecuadas, destroza la capacidad de vivir, el sentido crítico y la propia personalidad.
Las consecuencias de estar bajo sus efectos son: optimismo, bienestar, máxima felicidad. Uno se puede llegar a creer la única persona en el mundo, junto al otro, conocedores ambos de la única verdad, de la pócima del elixir de la felicidad. Los pequeños detalles son preciosos instantes; estar en la cama un día entero es un placer, igual que pasar el tiempo haciendo nada más que mirar el vacío de los ojos tras la pupila del otro, o cualquiera de las otras nadas que son grandes por hacerse bajo los efectos del enamoramiento.
Pero nadie suele hablar de los efectos secundarios, porque el amor no viene con prospecto, -ya que supongo yo, que si lo hiciera, costaría más el libro del prospecto que comprar el propio amor- y los efectos secundarios son obligados y vienen unidos al amor, son hermanos gemelos. Los efectos secundarios pueden resumirse a grandes tragos en: El Desamor: dolor, soledad y pérdida de todo bienestar. Y es quee depronto un día la vida de un enamorado se ha consumido de placeres momentaneos y los días han pasado. Cuando ocurre esto, y la rutina se hace un hueco entre la almohada, cargando su enorme guillotina, y viene a escena acompañada de los señores Defectos y las señoritas Malas Palabras y los Malos Sentimientos, se produce en el corazón una mezcla inadecuada de sustancias tóxicas que carcomen los canalas respiratorios y sentimentorios e incluso mentales. Los conceptos se pueden llegar a alterar en medidas parecidas a la locura, la muerte o la Nada pueden parecer nada al lado de ese Dolor que se sufre entonces, con todo el cuerpo y todo el corazón y todas las ganas de sufrirlo, estando anulada la capacidad de realidad o de voluntad y lucha contra tal sombra que paraliza el cuerpo. La desgracia y el odio, los puñales del extremo y radical dolor, se juntan en un estado de embriaguez en el que sólo cabe esperar ver hasta cuánto aguantas sufriendo cada vez más, y más, hasta que de tí sólo queda el desecho de la persona que fuiste, y tu sombra, que se arrastra tirando del cuerpo que cae en picado sobre el negro de los talones quemados. Llorar no deshaoga, crea un nudo que atasca las palabras y la vida se atraganta y duele respirarla.
Cualquier otro dolor en el mundo se vé más deseable que ese, porque Ese viene de uno mismo, te autodestruye con tu propio arma: tu mismo; te das donde más te duele, y una vez que rompes todos tus pilares, y te pierdes a tí mismo en tí mismo, desampararse no es nada comparado a la labor de recostruirse...
Entonces todos y cada uno de los des-enamorados se preguntan ¿Vale la pena?
Y es que, los medicamentos no pueden consultarse a ningún farmaceútico.
Asi que cada persona tiene que buscarse su antídoto por sí solo.
Entonces llegan las distintas fases de la locura: odio, desamor, sufrimiento, olvido, tiempo.
Todos acompañados de Lágrimas. Muchas.
Entonces quedan las personas que llegan a la última fase de Tiempo, y se quedan ahí esperando al siguiente amor, no habiendo aprendido nada, drogodependientes del tóxico del amor y "las otras personas".
Por otro lado están las personas que después de esa fase de Tiempo pasan a la de: enfrentarse realmente al sufrimiento y aplastarlo y proceder a la recostrucción de uno mismo. Entonces la mayoría de las veces el ego se hace tan grande, y la felicidad única también, que deciden no volver a enamorarse, porque el sufrimiento que sigue después nunca es compensable, y el amor a uno mísmo es casi tan precioso como el anterior, casi con los mismos efectos sobre el cuerpo -optimismo, alegría, bienestar- pero sin efectos adversos secundarios ni sufrimiento después, ya que de uno mismo es dificil volver a desenamorarse.
Aunque, de éstos últimos hay una especie, que no es que decida no volver a enamorarse, sino que no puede: disfruta de los efectos preciosos del amor pero sin llegar a perder la capacidad de racionamiento -esto es, razonando el amor, así es, casi nunca sintiéndolo, y siempre disfrutando pero sin sentir e interiorizar. Casi nunca pueden tener relaciones fieles y se pueden enamorar a muchas personas, porque se quedan con lo positivo de todas sólo.
Por último están las otras personas, que tras enamorarse, desenamorarse, sufrir, olvidar, llegar a la etapa de Tiempo y recostruirse a y enamorarse de uno mismo -no estamos hablando para nada de simples o rápidas tareas- vuelven un día a enamorarse de otra persona.
Siempre tienen la ventaja, frente a los primeros de todo lo que han aprendido en la fase de "Uno mismo" y de que eso -tanto positiva como negativamente- afectará al siguiente amor, no dejando quizás que la droga anule demasiado la capacidad de razón propia y tratando de reducir los efectos adversos secundarios....
Pero también pueden considerarse como los tontos más idiotas de todos los que estamos estudiando, porque encima que son más sabios y tras la complicada -complicadísima- tarea de superarlo, y saber todo lo que se sufren, vuelven a tropezar con el Amor.
No podría decirse que es un error, porque nada en la vida puede considerarse que sea realmente un error... pero ¿no son estos últimos seres más estupidos de volver a cometerlo? ¿o no es estúpido enamorarse?
Quizás es sólo mi impresión de persona que aún no ha superado los efectos secundarios de enamorarme de mí misma....

6 comentarios:

La Trovadora De Los Sueños dijo...

Realmente me interesa vuestra opinión de mi opinión

Dara dijo...

El amor es la estupidez más maravillosa que puede cometer el ser humano.


Un miau

Ladrón de mandarinas dijo...

Comienzo con tres citas de Ciorán -de memoria, así que aunque conserven el sentido las palabras pueden diferir de las originales:

"El amor es el infinito puesto al alcance de un caniche."

"De todas las condiciones, la menos envidiable es la de amante: ¡comienzan poetas, y acaban siendo ginecólogos!"

"Y a pesar de todo -y ese a pesar de todo abarca un infinito- continuamos amando."

¿Qué tiene ese acto de estupidez que nos atrae tanto? Yo no sé en qué fase estoy, y ya no hay lugar para la duda entre ser un iluso o un ilusionado: la cuestión se resume a averiguar si somos estúpidos o idiotas. Masocas del sentimiento, que "a pesar de todo" continuamos queriendo revivir la sensación del enamoramiento.

Decía Ismael Serrano, uno de esos cantautores grises con cierto aire de esperanza en sus letras, que amar es sufrir. Pero que también es como la piedra de Sísifo: cada día, este ser de la mitología debía empujar una gran piedra hasta la cima de una montaña. Cada día, sentía que ese era el último; el definitivo en el que lograría alcanzar su objetivo... Y cada día, por siempre, tropieza o le flaquean las fuerzas y cae. Y vuelta a empezar.

Al final, por experiencia o esperanza extinguida, uno acaba por tomar como una tontería eso de aprender de los errores... Pero no para olvidar: al final, al día siguiente de cada ruptura, un mes o años después, en una noche de insomnio o durante un paseo, sólo ansiamos volver a estar dispuestos a cometer esos mismos errores.

Porque se sufre, más que con nada, pero si ansiar sentir es de idiotas me reconozco como el más idiota del barrio. ¡Y cómo me gusta ser idiota de esa manera...! Aunque ahora llore como un consumista sentimental, já.


(No eres la primera persona que me imagina como un ser femenino, de hecho, pasas a engrosar una de por sí ya larga lista de gente que me toma por mujer... Creo que tendré que dejar de tararear Soy lesbiana por ahí, con las uñas pintadas, a pesar de no ser andrógino físicamente -con saber poner cara de niño me conformo-.

Sin embargo, confieso que el texto en el que mejor supe definirme -Desnudez, por si te aburres lo suficiente- hablaba de mí en femenino.

PD: No me leas sólo es un vómito, un desahogo necesario surgido en un día más. Un "mierda, qué jodida mierda, ¡qué grandísima puta mierda!". Más allá de eso carece de sentido. A veces me da la impresión de que algunas de las cosas que escribo en Anagnórisis deberían estar en No me leas, pero al mismo tiempo siento que a las palabras les sienta bien el blanco, aunque las letras tengan cierto tono amargo. No sé si por quitarle hierro al asunto o como un acto de ironía. Sea como sea, en No me leas me siento menos cohibido... Aunque quizá es porque hay menos ego interior puesto en él.)

Ladrón de mandarinas dijo...

¡Cómo olvidarlo! Como tú decías: comer y follar, así como lucirte (prueba a pintar tus camisetas en vez de ir a las rebajas), es de lo mejor que uno puede hacer. Pero sobre eso sobreponías regalar... Y amar -no con los ojos, sino con el corazón, como diría El principito- no es sino compartirte con alguien. De manera ideal, quizá ilusa y con sabor a boca llena de moscas o sueños rotos, pero regalándote de manera recíproca aunque sólo sea durante un instante.

Anónimo dijo...

Qué interesante me pareces.

Javier dijo...

es muy bueno que la trovadora capture momentos y los comparta con los demás... es que hay gente que no tiene esta capacidad, gracias por compartir,

te dejo un beso

Los que decidieron pararse un ratito indefinido