lunes, 12 de enero de 2009

Lunática Luna LLena de invierno

Y la luna,
¿pero la luna?
Lunática.
Luna Llena, de invierno, si, luna llena de invierno, o invierno lleno de luna.
solsticio de una estación eterna en el corazón,
anochecer en el lago del tiempo, y cuando el sol se aleja, sobre la vereda de nieve,
crecen palabras, pétalos de Aes, Ies y Eses rojas. Y Bes, y Emes.
Entre los ojos de nadie, los besos huelen a silencio,
y entre las risas esquivas, los recuerdos se van conformando puros y llenos, de nitrato de plata y emoción, con sensibilidad de cien latidos por positivo.
Entre ramas, ramizuelas, y pasos, más pasos, y nieve, más nieve.
Y ahí arriba la luna, mirando la vereda que la sombra deja, con sus copos de lágrima de porcelana, se suena los mocos, nieve de polvo de mágia.
Y va haciendose más alta, tan alta como la luna. Como la luna. Como la luna.
¿La luna?
Pero la luna.
Conduce junto a ellas, ellas estrellas,
por las historias interminables, y los pálpitos escondidos, y quizás hace una parada para caer en un pozo lleno de nada,
tomar azucar con café en una cafetería de hace veinte años y volver al futuro presente, a subir arriba, para ser más alta, tan alta como ella sola , como la luna. Como la luna...
Se pierde un suspiro. Ellos deciden buscarlo. Por la vereda de la oscuridad.
Los árboles hablan mucho requete mucho, y la luna se ríe mirándo como la sombra de caperucita gris tiene miedo de sus miedos de pequeña, de cuando hacía miedo y soñaba frío. O al revés.
Y se agarra de la mano del dulce demonio feroz.
Pero la luna, ahí,
¿la luna?
No, los insectos,
ellos encontraron el suspiro perdido. Era uno largo, de los de amor, de los de amor nuevo , recién sacado del plástico. Amor de esos raros, de los de blanco y negro. Muy caro.
Menos veinte grados bajo cero bajo abrigo y bajo el cielo.
Desandan pasos, y llegan al abrazo del suelo, fuerte, muy fuerte, muy fuerte.
Cierro los ojos. Fuerte, fuerte, muy fuerte.
Y la luna, se asoma a la ventana de la buhardilla.
Hace cosquillas,
ríe,
risa tonta,
habla,
calla,
vuelve a reir,
risa lista,
hace cosquillas,
lee,
escucha,
discute,
hace teatro,
mira, ve, toca,
se asoma,
se esconde,
vuelve,
y vuelve a volver lunáticos los áticos de las casas nevadas.
La luna se ha colado esta noche en este ático,
y no me ha -nos ha, le ha, me ha- dejado dormir,
Hasta que el sol le fue soplando lentamente, para que cerrara las persianas de nuestros párpados plegados.... y dejar a las pestañas descansar, y a las ideas, y a los besos, y a la luna.
¡La luna!
Luna Llena de invierno. Y de mágia, y de sueño, y de ... Eso.







Especial dedicación a mi "second half of our We", y al precioso Poeta en Nueva York, y sus lunas....... sus cuentos para no dejar dormir a lunáticos en lunas llenas. De invierno.

1 comentario:

party_girl dijo...

Luna Llena wow ¡¡¡

saludines

Los que decidieron pararse un ratito indefinido