lunes, 27 de abril de 2009

La fábrica de arcoiris

Érase una vez una fábrica de arcoiris.
¿Que cómo es eso? Yo estuve ahí nada más una vez, un día que quise montar en bici.
Buscamos por toda la ciudad dónde conseguir una bici, y al igual que a veces cuando buscas manzanas encuentras peras, yo encontré una fábrica de arcoiris.
¿Que cómo es?
Pues ahí se hacen arcoiris de todo tipo: de cartulina, de golosina y de arcoiris.Estos últimos, por supuesto, son los más interesantes de ver hacer. Cogen polvo de arcoíris y le dan formas determinadas. Normalmente son de la forma de un arcoiris. Tipo medio círculo, un puente desde ninguna parte a ninguna otra parte. Pero sí, conservando su esencia de puente, que era para lo que se quería al principio, cuando los colores no podían viajar por otro medio al mundo gris para colorearlo.
Eso, colores, luego de forma le dan color. Es de saber que el polvo de arcoiris suele ser transparente, así que suelen pintarlos con spray de colores, aunque a veces los dejan transparentes. ¿que cómo es un arcoiris transparente?
Esa es la cosa. En realidad, la fabrica de arcoiris lo que quiere fabricar es el sentimiento que se tiene al ver un arcoíris. Un suspiro, un brillo de ojos, una sonrisa... Cuando hay arcoiris transparente de repente uno siente algo como que le hace cosquillas en el alma pero no puede ver la belleza.
Los arcoiris de colores suelen tener siete colores, siempre los mismos, pero es creo porque creo que spray de polvo de arcoíris sólo hay en pocos colores, creo sólo tres sprays, y de ahi van mezclando, y claro no pueden ser muy sofisticados. Pero sin embargo, si miras bien un arcoiris siempre hay más de mil matices diferentes.
Y bueno, ¿para qué sirve un arcoiris? Pues luego suelen venderlos. Los arcoiris los compran normalmente las nubes o las ciudades. Pero no es porque las nubes o las ciudades tengan más dinero, no no, los arcoiris se compran con razones.
Aquel lugar que nadie se fijaría en el porque es demasiado feo, o desapercibido; o aquella persona que jamás creía en colores, o aquella ciudad que contó que mañana habrá en ella ciento catorce personas que jamáss habían visto un arcoíris y hay que darles la oportunidad...

A veces también compran arcoiris árboles y rios.
En la fábrica de arcoiris sólo es indispensable como regla creer en colores y esperar a tener razones para conseguir un arcoíris con el que recorrer Belin pedaleando.

Los que decidieron pararse un ratito indefinido