Hoy, era un hoy más, igual que el hoy de ayer, el hoy de mañana o el hoy de ahora que tu escribes esto y yo lo leo. O viceversa.
Hoy recibí una carta de un tal.
Entonces fui asimilando cada palabra como queriendo gritarla. Quería aprenderme cada trocito de sílaba. El tren se vuelve a poner en marcha y me veo ahí sentada, con ganas de gritarlo muy alto e interpretar y hacer reaccionar a la gente. Pero tengo. Tengo. Qué? No lo sé. Algo. Qué más dá. El caso es que la mayoría de las veces no me levanto, y me quedo al menos diciendomelo a mí misma, como para quedarme contenta, de que al menos pienso, al menos.... conservando aún un poco de la vergüenza barata que me compré en los veinte duros cuando se me gastó la poca que me venía de fábrica. Así que no es vergüenza lo que tengo. ¿qué es lo que tengo? Miedo? Rabia? ¿Indiferencia? ¿Asco? ¿Un poco de cerebro carcomido por la Sociedad?
Si, esa o eso coso que se mueve, me mira, me observa, me analiza, me persigue, me vigila, me abraza, me ama, me odia, me da lo que quiero y me dice lo que sabe que creo que no quiero oir. Todo absolutamente todo para meterse en mí por cualquier resquicio de la persiana.
Una manada de yos se pusieron a discutir. No suelo recibir cartas de ellas muy a menudo, pero si que se ponen a discutir un montón de veces. Me vuelven loca, discutiendo lo que soy o no soy, cómo estoy, como debo como quiero, cómo debo, cómo querría, cómo sueño, cómo creo, cómo espero, cómo olvidar todo lo que soy o cómo recordar un poquito de lo que era. Siempre discutiendo y discutiendo. Y yo les digo: oigan ustedas -nueva palabra que aprendí hoy y que me parece requetebonita- ¿no os he explicado mil veces que definir es un verbo indefinido en infinito compuesto, y que gracias a nacer bajo los brazos de la lengua española, tengo dos verbos que normalmente se anulan en uno: Ser y Estar. Si algo me gusta más de nuestra lengua es tener esos dos verbos. Mis pobres amigos extranjeros se vuelven locos para entenderlo. Y a mí me resulta imposible a veces explicarlo. Pero incluso la lengua más rica y sinonimada de la tierra -que a estas alturas de su dificultad me resulta, creo es el Aleman de Kafka y Goethe y Nietsche y...- anula los dos significados en un mismo verbo Sein. Ser está -o es?- dotado de demasiada responsabilidad absoluta obsoleta. Necesita definirse -pero es que definir es un verbo del futuro indefinido perfecto de infinito o infinitivo compuesto-, definirse en tajante y despótico, aceptando que hay un definitivo modo de uno mismo posible de resumir y limitar así nuestras múltiples posibilides del Estar. Estar bien, estar mal, estar hoy o mañana, estar aquí, estar triste, estar feliz, estar alegre, estar responsable, estar caótico, estar ocioso, estar tranquilo, estar nervioso, estar amarillo, estar azul, estar tú, estar yo, estar con él, estar frío... Es mucho más sabio que intentar decir: ser feliz, ser responsable, ser caótico.. porque a todas horas luego nos frustramos cuando nuestras otras múltiples posiblidades quieren salir a escena porque estan aburridas -y porque, aunque esto es un secreto os lo cuento, hasta el más cuadriculado de los humanos necesita explotar todas sus posibilidades ,personalidades o estados para estar equilibrado- y entonces intentamos anularlas, despreciarlas, negarlas... en vez de excepcionarlo -existe ese verbo? sino pues me lo invento-, alegrarnos de lo ricos que somos cuantas más facetas y estares tengamos y seguir estando y estando. Hablemos por ejemplo de la felicidad. Todo el mundo se considera infeliz porque no puede decir "soy feliz". Y a todas horas, en libros, peliculas, canciones , paises, rincones del mundo y compras , objetos o personas, buscamos La Felicidad. Pero es que la felicidad, a veces es un caramelo y a veces es una lágrima. Y claro, como nadie puede decir absolutamente "soy feliz" se cree lo opuesto, sease, "soy infeliz", porque no es capaz de entender -lo sé, es demasiado simple y a los humanos le gustan las cosas complicadas- que nunca podrá ser nada, y en cambio Estar feliz o Estar triste. Entonces, habrá encontrado la felicidad y no tendrá nunca más que buscarla, porque está ahí unos días y otros no, solo tendra que reconocerla y disfrutarla. Entonces también quizás haya encontrado esa otra pesquisa eterna: el equilibrio. Aceptar ambos lados opuestos de la balanza interna. Aceptar el equilibrio de nuestras opuestas e infinitas posibilidades.
Aunque quizás a veces aceptar que somos infinitos es más dificil que aceptar que somos absolutos. Ambos tienen demasiada responsabilidad para nuestra fragil mente domesticada y masticada de seres estares.
Pero, ya estamos otra vez con las pa la bras y los verbos.
Y por mucho que diga y diga, no soy capaz de estar a veces. Estoy con mis amigos y puedo soltarles este discurso, o aquí a la pantalla en blanco, esa cosa tan fea que hay que rellenar con palabras y pa la bras y cosas que trascienden de ellas y llegan incluso, incluso hasta un subconsciente o una mente y hacen trabajar sus engranajes. Pero oigan, me siento en el tren y no puedo estar dicharachero o parlanchín, payaso. Tengo otro rol. Y me pregunto, ¿estamos como hipnotizados por roles? no es a veces el estar, también una manera de modelar el comportamiento y decirnos donde podemos Estar y donde no?.
Tic tac tic tac.
Intento tirar todos los relojes que tengo en casa, y en la vida.
Acaso el tiempo no es también relativo? Sólo inventamos una manera de intentar tenerlo controlado para conseguir que él nos controle a nosotros, pero tener la sensación opuesta.
Tic tac tic tac.
Mariposas negras, amarillas y blancas y de los colores que no existen. Esos son los más bonitos. Pero nadie los ve.
Tic tac tic.
El tiempo es como nosotros creemos que es,. Como todas las cosas, y las verdades. Alguien cree que la verdad es absoluta como el tiempo. Pero luego llega otro que dice lo opuesto y también tiene razón. Y yo veo el frío bonito y él lo ve feo. Así que todo es como lo percibamos. ¿porqué no el tiempo? ¿sólo porqe una máquina del tictac , simple, nos suele demostrar -más bien, convencer- de que el tiempo no es relativo. Pero pongamos la situación de que estás con la persona que amas, o divertido en un lugar, o leyendo un libro precioso. Entonces las horas pasan como segundos. Pero si estás esperando un autobús que no llega, o estudiando algo tremendamente aburrido, los segundos se hacen minutos o incluso los minutos se multiplican por cinco. Por más que miras el reloj y crees que ha corrido mucho, no ha corrido nada. Él va a su bola, independiente de nuestra percepción, y solemos hacerle más caso a él que a nosotros mismos -ya estamos otra vez con la manía de anular nuestras posibilidades. Por eso nos torturamos cuando no somos puntuales o alguien llega tarde, sin preguntar la historia que hay detrás, o qué percepción del tiempo tiene él. Nos limitamos a anular percepciones. Percepción de la ropa, de lo feo, de lo bonito... canones masivos y multiples, para todas las personas. Los regalan en la tele, también gratis con el suplemento del periódico del domingo. Y el del lunes. No es como el arte, que tienes que comprarlo; que va! nisiquiera es un producto.
Arte y producto, si, esa es otra cosa que el tal ha escrito en la carta que un yo me ha mandado desde un donde nosé qué cuando.
Otra de las discusiones eternas.
¿Qué es arte? Decía alguien que arte es todo lo que transmite. Es más que estética. Transmitir. Pero entonces, quién decide lo que es arte, es la persona que siente algo que el objeto artístico transmite.Así, "todo artista, es decir todo aquel que se dedica profesionalmente al arte, necesita de un público-cliente" que decide qué es arte y qué no. Así pues, anulamos la persona de artista, porque si el arte lo crea el artista, pero no es él el que decide qué es arte, ¿donde nace el arte? ¿en las manos -o boca, o corazón o mente- del artista, o en la mente -percepción, ojos, oidos- del espectador? ¿es arte todo lo que el artista diga que es arte, o todo lo que el público crea de lo que el artista dice que es arte? Y si alguien realiza un acto artístico sin querer, bello -o feo- por naturaleza, ¿es arte si a alguien le parece que es arte, o tienen que estar de acuerdo el creador y el observador?
Pero el yo que me escribía la carta decía que "resulta bastante obvio que no todos podemos ser artistas... Creer tal cosa sería como pensar que todos podríamos trabajar de albañiles, o fabricando botijos." Entonces, entendía yo, que se contradecía en decir que todos tenemos infinitas posibilidades pero no todos podemos ser artistas o albañiles. ¿Porque no? Yo puedo estar atista hoy, y querer ayudar a mi padre a construir su casa mañana. Y mi sobrina hará un botijo para navidad con arcilla pero no por ello sera botijero o arcillero. Quizás entendí mal la contradición que aquel tal quiso explicar, quizás era una ironía tan ireonizada que la irene que recibió aquel estímulo, con sus ideas abiertamente cerradas a su discurso de hoy, no podía llegar a comprender. ¿De qué matiz estamos hablando, señor tal?
Ah, matices. Otra vez nos ponemos a intentar definir y llegar a un sólo punto.
PEro, lo que pocas posturas de discusión aceptan -cuando discutimos con nosotros mismos, o también con otras personas- es que nadie ni nada es verdad o tiene la razón. Todo es verdad y nada lo es. Asi que, para qué preguntar qué quería decir o qué no. Seguramente en su contradicción tenía razón y a la vez estaba equivocado, pero ha provocado en mí una reacción, diferente a la de otro yo, u otro tú, u otro tal. Y eso es lo importante, que dentro de mi misma, y fuera, y dentro del tal, y fuera del tal, hay algo nuevo, una rendija de una nueva ventana de nuestras infinitas posibilidades abierta a discutirse.
Hoy abrí la posibilidad de escribir cartas a todos mis yos a la vez y a mi nadie, a un tal y a un nadie. Es demasiado y al mismo tiempo no mucho.
Pero me sentí intelectual e incluso orgullosa de razonar conceptos irrazonables. Entonces hoy, seré orgullosa y dentro de un rato humilde y estúpida. Y pequeña, muy pequeña. Cuando vuelva a leer otra carta del Tal dirigida a mí - A mí!!!- con esas palabras, esas cosas, esa sabiduría.. más grande que la mía, hasta que la mía esté -sólo por un momento- un poco más por encima - o será mi percepción?-
Sea como fuere, ya empezaron los yoes a divagar demasiado por las infinitas posibilidades.
No se agobien, lo mejor para estos casos es no consultar al farmaceutico y tomar pastillas para inventar.
Y aceptar y excepcionar -digo excepcionar porque no recuerdo el sinonimo en español, del verbo "hacer una excepción", también hoy estoy un poco ignorante y lenta, pero no pasa nada- cada parte de nuestro yo,, pero cuidado, que es un poco peligroso cuando los ponen a discutir, discurrir o divagar todos juntos, como yo -y tú- hice e hiciste, porque entonces el lio mental puede ser tan cansino que no queramos más aceptar la responsabilidad de ser infinitos y libres.
¡Pero es tan maravilloso ver volar tantas mariposas juntas en cada resquicio del día!
Gracias tal
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1 comentario:
Había alguien por ahí, no sé si Nueva York, no recuerdo bien la anécdota, que se dedicó un tiempo a tirar latas de pintura anónimanente contra los grafitis. Decía que las pinturas callejeras se habían prostituido; se habían comercializado y ya no pretendían crear por crear al margen del mercado, sino que se habían convertido en un objeto de consumo que necesita de un público/cliente que lo viera/pagara por él.
Surge entonces la trillada cuestión de "el arte" o "helarte": si crear arte se trata simplemente de expresarse como podemos hacer en cualquier momento -bajo la ducha o bostezando- y, tal vez, causar una sensación, todos somos artistas. Si se trata sin embargo de vivir de ello la cosa se complica; cualquiera puede hacer un botijo, o miles, pero no todos consiguen vivir gracias a ello. (Aunque cualquiera puede intentarlo.)
De todas formas, ese tal remitente de la carta sólo pretendía dejar claro que no hacía eso para que le dejaran unas monedas en el sombrero, además de criticar un poco el rol de meros observadores pasivos. Puedes escoger ese papel si quieres, claro, pero también el de crear-te constantemente independientemente de que sea arte o no. Yo no entiendo de arte: no sé nada de pintura, fotografía, teatro o vuelos de mariposas. Pero, eso sí, como decía Oliverio en uno de sus poemas: a mí lo que me importa es volar.
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