lunes, 10 de noviembre de 2008
Tu sonrisa verde
El dia que me enamore de ti llevabas tu sonrisa impermeable verde convinada con un expléndido sofa vertedero. Te habia visto otras tantas veces con esa combinación, a lo largo de nuestros días sin acabar, de nuestras noches sin nubes y de los tiempos sin recuerdos. Era uno de los meses más normales de mi vida, cuando normal quiere decir eso que los hombres suelen usar para desprestigiar todo resquicio de novedad. Pues eso, normal. Pero ese día fue distinto, porque me enamore de ti.
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2 comentarios:
Touché.
Supongo que, ya sea por ser ilusos o ilusionados, resulta difícil no esperar nada positivo aun de un escupitinajo. Aunque vaya en contra de tus propios consejos.
Será por eso que confundimos a la señorita Sentimiento con la panda de farsantes que nombrabas como Disfraz, Maquillaje y Aparentar -así como máscaras para uno mismo, para así no vernos en el espejo.
No podemos no esperar nada, lo que junto a anhelos y deseos varios hace que, finalmente, venga a hacernos compañía la señora Decepción: caemos desde las cimas de la poesía hasta el subsuelo de la vulgaridad. Y nos ocurre como a Don Quijote: cuando recobramos el sentido, en fin, es para morir.
Pero, quién sabe, de vez en cuando nos enamoramos de una sonrisa verde. Y, a veces, ni siquiera importa que veamos a la puta de día o en una foto de nueve años. Entonces quizá -y sólo tal vez- Sentimos.
Mientras tanto nos queda tirarnos al suelo y llorar o alegrar al corazón, aunque sea a base de falsas sonrisas para con uno mismo.
un aplauso!!
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