Ultimamente estoy de un estúpido que no me soporta ni la más quejicas de las Irenes que me conforman. Los lápices y papeles no me dan bola, vaya, que no me sale una buena idea desarrollada medianamente a lo aceptable ni a la de tres. Los días sin sol, los malos tiempos... o simplemente, los sin tiempos. El invierno se empieza a despedir, no sin antes pegarme una paliza de mil mocos y unos cuantos grados de más, cama y ojos que duelen, y esas cosas de resfriados bien pillados. Pero antes de resistirme a sus alaridos, me hice la fuerte y lo ignoré, acumulando antidefensas y achuses y malores hasta no poder moverme. Pero bueno, antes de eso, decía, para regocijarme en mi estupidez, me apeteciose pasar un día conmigo misma y con la Irene consumista. Empiezo temprano, que hace luz y aqui no abunda. Voy a la panadería a por desayuno, y a las 10.13 parte el tren para Erfurt. Mi pitimini se va a una entrevista de trabajo a Berlin y coge el tren en Erfurt (digo, excusa de mi viaje a la ciudad), pero ya que estoy ahí, voy a darme un paseo (mira que ya oigo las maracas de "Ireeeneee compraaaa" pero nada, me acerco a la boca del lobo). En H&O (no quiero revelar nombres de compañías, para que no se crean que he sido contratada y me he vendido por falta de dinero y sueños, todavia no!) pues eso, en N&M nace la primera idea consumista reconocible: mi bolso de lunares a modo bolsa del pan fabricado con mis manos no es suficiente para todo el peso que llevo (he de decir, que un poco si se basa en una verdad, mis medios textiles no llegaban para más que un cordon de zapatos como asas, y esta mañana me ha dado por salir de casa creyendo que tengo el bolso de Mery Poppins en modo poner todo ahí adentro que cabe seguro, y mi invento me iba dejando marcas rojas a lo martir en los hombros, transpasando las capas de jerseys y abrigo). Entonces, empiezo a pensar entonces, como : ahora que lo pienso, no tengo ningún bolso negro. No irene, desecha la idea de bolsos, es una enfermedad ! Tienes cientos! Pero, si es tu enfermedad, por qué no la aceptas? Me voy huyendo de la tienda. Paseo, para seguir engañandome. Llego a Zera (vuelvo a pedir perdón, no puedo revelar nombres), "alomejor aquí hay otro más barato" me miento, como quien no quiere la cosa. Anda, que pantalones mas guays. Me los voy a probar a ver, si a mí nada más que probarme cosas me divierte (mentira hecha sacada del tintero numero 459). Resultado: acabo entrando al probador con más de 6 pantalones y 7 camisetas. No, esta vez no miento ni exagero. Y claro, en el probador, que parece que te esconde cuando corres la cortina, te espera un ser muuuy malo: el espejo. Entonces realidad y principios se confrontan. Tu te ves ahí, ya si que te estas viendo, con eso puesto, diciendo uuyy, que me esta gustando, qué peligro. Y te dices, no , no debo, no lo necesito. ¿pero y si? No! tengo mucha ropa! Me salgo del probador. Me vuelvo a los cinco minutos a probarme exactamente lo mismo. Empieza la segunda fase: Seguro que este sera el pantalon de la temporada, se convertira en mi pantalon favorito, lo presiento. El otro negro está el pobre medio gris pálido con roales blancos... (autoconvencimiento para no sentirme culpable por empezar a decidir que quiero comprarme los dichosos pantalones). Y la camiseta? Uy, es que es la camiseta perfecta para estos pantalones. Si solo tengo tantas camisetas que ni me acuerdo! Esta sin duda es la camiseta. Además, oye, me hace feliz, no me veo tan gorda. Uy, si no estoy tan gorda, será porque ayer hice un poco de deporte (los espejos de las tiendas también están fabricados con defectos de mejoría a la persona que los mira, a posta). Seguro es la camiseta. Bueno venga, no le des más vueltas, un día es un día, este mes comes menos pescado y más pasta. Uy, pero y el chall? No, el chall es un timo, 20 euros por un trozo de tela! ¿qué se han creido los explotadores estos de pacotilla? ¿que pueden engañarnos? ¿qué pasa cuando necesito este chall y no tengo este dinero? Es de risa vaya. No se lo permito. Le quito la etiqueta y me lo llevo. Jáh! (autoconvencimiento numero 6 para sentirme mejor con mi compra haciendo un poco de causa por mi lucha antiglobalización antigrandescompañias, pero mira que es teoría estupida, pagar unas cosas y otras no....) Enfin. La dependienta era simpática. Me voy a la siguiente tienda también huyendo. Y a la siguiente. Y mejor no cuento mis batallas con el espejo. Depronto, sin darme cuenta, estoy dentro de la trampa de araña: entro en una tienda de libros. Dios, Irene, estas perdida. Menos mal que todo es alemán y no puedo comprar muchos libros así a saco. Me dirijo automaticamente a la sección infantil pero un niño de 8 años mira con curiosidad como miro los libros para niños de 5. Sentirte intimidada por un niño que sabe leer aleman mejor que tú y está en una sección de libros infantiles más avanzada es un trauma dificil de superar. Así que me voy con la barbilla alta a la sección de libros de mayores. Hay unas portadas que parecen... que parecen parecer super interesantes. Los diseños son muy... muy creativos y llamativos e inteligentes. Sí. Y las palabras rebuscadas. Seguro! por eso no entiendo ninguna. Pero no porque mi nivel de alemán sea pobre. Puf! me vas a venir tú a mí con esas. En fin, casi cuando estoy a punto de llorar, encuentro el libro de Carlos Ruiz Zafón en un CD para escucharlo, traducido al alemán. Doy saltos de alegría. Busco desesperada la dependienta, por fín tengo una pregunta interesante en una tienda de libros que no se resuma a: "la sección en español o inglés por favor". Hablo con mi mejor aleman, le pregunto si tienen ese libro también (no en cd, me refiero) y le explico que es un autor español y bla bla bla bla que a ella se la replanflinfla, porque entre que me entiende la mitad y que la otra mitad tampoco es de mucho contenido vital para su tienda o su vida, no hay otra alternativa que se la replanflinfle. Pero no! ella se sumerge en una conversación amable y en un aleman lento. Ay ! aun queda gente piadosa! Compro definitivamente el CD de La Sombra del Viento (Der Schatten des Windes) . No os vayais a creer que lo voy a entender si lo escucho, pero a mi pitimini le gusta escuchar libros, y decía que no había autores españoles traducidos al alemán. Y mi orgullo hispano letril no tiene tamaño mesurable. Enfin, contenta con comprar algo menos consumista y convencida con que las tiendas de libros me atrapan por su esencia (porque esta claro que incluso cuando no puedo comprar libros, me puedo quedar allí horas) salgo a la calle donde mi estómago se hace escuchar (más bien me chilla) y entonces sucede el momento catastrófico donde me asalta la idea más estúpida consumista idiota del día, la lúcida idea-antojo de que quiero comer en el Makdomals (nombre irreal, he de decir que bajo ningun comncepto puedo revelar nombres, o algo que se les parezca, pero si me explico, es un sitio donde venden basura masticable or in english, fast food). Pero bueno, es que la lucida idea se me hace agua, vaya que me apetece que te cagas. Y ahora que lo pienso, encaja y va a juego perfecto con mi estúpido dia consumista que tanto estoy disfrutando para que vamos a engañarnos. Me dirijo al restaurante en cuestión, sonriente, y no sin antes pasar por el H&N y comprar el maldito bolso culpable de generar la cadena de ideas consumistas, y he de decir, que vuelvo a él después de haber visto otros 30 bolsos más y haber gastado mucho más dinero sólo porque "quería encontrar otro más barato"... y de paso encontrar todo lo que encuentre de paso. Pero compro el primer bolso que ví, sólo porque no he visto otro mejor y porque ya me he autoconvencido de que lo necesito, y porque el capricho estúpido humanil no se sacia si no es con el ideal que lo genera. En Makdomal compro una hamburguesa patatas y cocacola, para ser originales. Empiezo a analizar la forma de trabajo allí, y compruebo cuando me dan mi hamburguesa que está recién hecha y que de verdad parece una de esas de las fotos que hacen para que sea bonito y luego nunca se parecen en la realidad. Si es que los alemanes son perfectos hasta para la comida mierda,,, digo, basura. Dispongo de meses de trabajo en el Makdonal de Málaga para comparar y hablar con propiedad del asunto! Me siento mejor de tomarme el almuerzo basura como experimento antropológico y estudio estádistico, y porque el mejor sitio que he favoriteado, en el sofá al lado de la ventana, viendo el sol, está libre. También me consuelo a mí misma diciendome que me ha dado asco durante más de un año comer ahí y que tampoco voy a morirme por digerir basura mac-ticable un día. A las 14.04 horas el sujeto compra la hambuerguesa y se sienta. Termina su hamburguesa lentamente y saca todas las cosas del viejo bolso para ponerlas en el nuevo maldito bolso. Se prapara con todos sus lápices y enseres y cosas para escribir (he de apuntar, que tengo rotuladores nuevos molones y caros de mi regalo de cumpleaños de los que estoy orgullosa y que por eso pongo encima de la mesa aunque solo cvaya a usar el lapiz) La sujeto es observada con curiosidad por los otros sujetos del restaurante. A las 15 horas pasadas entra en pánico porque cree que se ha perdido uno de sus pendientes (nuevos que mamá ha mandado en el paquete de cumpleaños... si, he de decirse, la sujeto ha cumplido años hace poco, bueno años no, sólo uno más, ya es bastante). Antes de salir corriendo tienda por tienda atrás, se marea por la idea, se tranquiliza, confia en su buena suerte y lanza un conjuro para que esté entre su bufanda. El pendiente tiene pena de la sujeto y aparece. Así que la sujeto se sienta otra vez y escribe más. Luego sale otra vez disparada del asiento porque llega tarde a coger el tren. Llego dos minutos tarde. El tren no está. Noooooooooo pasa naaaaaaaaaada. Voy a tomarme un té en un sitio que me llamaba la atención llamado café cultura, y que ya que hoy se me ha ido la cabeza, voy a tirar la casa por la ventana. El té más barato 2.80 euros. Pido un grun tee machiato (te verde con vainilla y leche...). Al menos ha de decirse que el sitio es muy bonito, tiene sillones, musica buena, la dependienta sonrie y es amable, la bolsa del té es muy cuca y la taza bastante grande, y ¡hay una mesa de barra libre de azucar y canela! ¡Y tiene una jarra con agua sin gas para que te sirvas! Qué detallosos! eSte sitio le encantaria a mamá. Disfruto de mi precioso té de 3.30 euros y escribo. Me levanto del lugar con muucho tiempo y voy al andén donde está el tren. El tren no está. Me quedo esperando hasta que la hora se pasa. Voy a protestar. Pero me protestan a mí, la sujeta no se ha percatado de que a cada hora los trenes cambian de andén bailando entre el 7, el 6, el 1 y el 7g. Con lo que cada vez que llego ahí es una desesperación. Me queda otra hora que esperar hasta el siguiente tren. Nooooooooo paaaaaaaaaasa nada! nada va a arruinar mi positividad en este día estúpido conmigo misma. Y es que la vida es así, a veces el tren lleva retraso y cuando llegas tarde te ha esperado, y otras el tren se te escapa y tienes tú que esperar al tren adecuado.
Achús! El invierno ataca. Las puertas del tren que POR FIN me van a llevar a casa se abren, me acurruco en mi misma y me cuento un cuento.
Achús!
noooooooooo pasaaaaaaaaaaa nadaaaaa! nada me va a arruinar mi positividad en este día estupido de....Achuuuuuuuuuús!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.
Mierda! otra vez resfriada. Me pesan los ojos y el cerebro es más moco que masa pensante.
Pero no pasa nada.
La vida es así.
"El tren se vuelve a poner en marcha y me acuerdo que no sé a donde voy aunque sé a donde se dirige. Eso tampoco me preocupa demasiado, me preocupan más los lugares a los que no voy, saber si la próxima estación, en la que no voy a bajar, me gustaría más que la siguiente. El riesgo es algo incómodo de llevar...."
Me acurruco en esas palabras que suenan en mi cabeza cada vez que un tren se pone en marcha y me adormilo entre letras y palabras.
Un final feliz para mi estúpido día consumista conmigo misma que para que nos vamos a engañar, tanto he disfrutado.
(achús)
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2 comentarios:
Nota: lease con ironía, despreocupación y risión.
Y quien esté interesado en la obra maestra audible de la que me refiero en el penúltimo parrafo, vaya al siguiente link, gracias. Din don din
http://www.youtube.com/watch?v=lPca4Z6tuVk
Ese mismo día no compré yo nada; ni siquiera me monté en tren, bus o cualquier otra clase de transporte. Y no es que no me moviera; pasé todo el día desplazándome.
Por la mañana dije "hola y adiós" al amanecer; me desperté bien temprano para yo qué sé qué, es decir, quedar con alguien que más tarde no tuvo ganas. Así, biengasté (que es mi modo de decir "malgasté de manera bien vista") el tiempo leyendo Ácido sulfúrico, libro tan corrosivo como su título.
Por la tarde, sin perder el ánimo, se me ocurre la loca idea de llamar a alguien. "Oh, vale, cómo iba a poder ser"... Bueno, pues pasearé solo. Mejor aun: buscaré a alguien donde quizá pueda estar. Al fin y al cabo, suele ir a menudo a aquella plaza.... Uy, pues no, hoy no está aquí. ¿Y en aquel parque...? No, Ire, deja de montarte películas y mejor sigue caminando.
Así, sigo caminando recto y recto y recto, y cuesta arriba, y de nuevo recto, y más cuesta arriba y ya empiezo a estar cansado y aun me queda más camino recto y más cuesta arriba. Al fin: estoy en el mirador de Gibralfaro. Uff, qué bonito que es todo pero qué pocas ganas tengo de estar aquí solo. ¿Es que esperabas encontrarte con alguien aquí, como en las películas?
En fin, bueno, ya que estoy aquí voy a echar un vistazo a ese camino de tierra escondido y con buena pinta que hay por ahí. Y más camino recto, y ahora me veo sin luz, rodeado de árboles y sin saber a dónde voy... Pero para qué preocuparse: no era más que un rodeo. Se me caen los pies de andar y he vuelto al mismo sitio. Con razón en física las revoluciones son de 360º.
Ay, ahora al menos es cuesta abajo. Y recto recto recto durante dos horas hasta volver a este cubículo que llamo "Mi habitación".
Uy, ¿así que aquella a quien llamé para quedar finalmente sí que podía...? Vaya, pues bleh, alguna desventaja tenía que tener carecer de teléfono móvil. Menos mal que al menos tengo internet: ¿en serio estabas finalmente en aquel parque? y yo que fui a buscarte a la plaza... Joder, y por si fuera poco no puedo dormir y acabo hablando con alguien hasta las tantas. Al final, hasta lo disfruté. Al final, hasta descubrí que también estuvo en Gibralfaro hace unos días, aunque viva a 450km, esperando encontrarse a alguien como en las películas.
Ahora entiendo qué significa eso de "las casualidades no existen".
Nota: Léase con desenfado, que la comicidad ya la pongo yo : P
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