sábado, 14 de marzo de 2009

Después del todo la nada y viceversa

Estrés, estrés, estrés... estrés.

¿He dicho ya estrés?

Sí, unas semanas enteras de estrés. Después de unos meses con más tiempo libre del que debería ser recomendado para la salud, una semana de completo e irritante estrés. No sólo mío, también de mi pitimini, que en esos momentos se convierte en la cabra loca estúpida joder que vive a tu lado y no hay otra cosa mejor que tirarse trastos y estrés estrés estrés. Qué multiplicado por dos es estrés al cuadrado metido en una habitación. Boom!

Que si los examenes, que si hay que ir a no se donde, recojer tal , no haces la cena? Hoy cocinas tu. Limpiar, lavar, tender. Preparar la mudanza, buscar piso , arreglar los papeles del visado para estudiar mas meses aqui, que si busca curso de aleman en Berlin. Mierda me quedo sin dinero. Mudanza, cajas, cosas, cosos. ¿he dicho ya estrés?

Se me ocurren mil otras cosas mejores que hacer que no puedo hacer, como dar paseos, quedar con fulanito o pepito, escribir a Clara o a mamá, ir a imprimir unas fotos, actualizar el blog, limpiar aquel rincón que siempre dejo para cuando tenga más tiempo, ver aquella peli, leer aquel libro, hacer nosequé otra cosa... cuando el estrés esstá rondando, otros cientos de planes te causan malestar por no poder hacerse y se te vienen a la cabeza atormentandote.

Estreés!

Y luego no es tanto, pero resulta que soy una maniática irritada que no sabe sobrellevar el estrés. Me lo hago y causo yo solita, con lo bien que se hacen las cosas cuando simplemente te dedicas a pensar tranquilamente en ellas, y solucionarlas una a una. No, a mi me da la locura. Hago posits por toda la casa con las tareas que hay que realizar antes de.... y el intento de organización se convierte en un desaliento de caos.Pero para qué hacer las cosas fáciles cuando se pueden complicar y pasarlo mal? Qué cosaS! si no la vida no tendría sentido, sólo llena de alegrías, ha!

Y después de todo, llega la noche en la que CASI todo está empaquetado y que no duermes porque te has ido olvidando cosas. Y llega la mañana en la que despiertas muy temprano, el café te sienta mal, y empiezas a mover cajas a la furgoneta. Y llega el mediodía donde te despides de tu pitimini y de la furgoneta con tus cosas por una semana. Y aquí la ironía.

Después del estrés, ¿qué? Pues nada. Qué. Eso. Llega la tarde donde el estrés se ha acabado. Y qué? pues que no sabes qué hacer. Después de dos semanas con estrés no sabes qué hacer. La sensación de tiempo libre es extraña. Querías hacer tantas cosas cuando tuvieras tiempo que no sabes por donde empezar. Venga, empezemos por una. Puf, la que se te ocurre no te apetece. Vamos a relajarnos un poco. Después de relajarte sigues sin saber qué hacer. ¿Donde están tooodas esas cosas que tenía que hacer y para las que nunca tenía tiempo?

Decido echar una siesta, pero no consigo dormir. Intento cocinar algo sano y elaborado en contrarresto con los ultimos dias de estrés y mal comer, pero tengo demasiada hambre y mal-como.

Uf, qué puedo hacer? Enciendo el ordenador, me asomo a ver si se me ocurre algo que hacer, veo un capítulo de cómo conoci a vuestra madre. Bueno, venga, solo otro mas. Acabo por terminarme la primera temporada. Venga, ya paro. Bueno, no otro más! Me empiezo la segunda temporada. Me veo reflejada en una pareja de enamorados, y me doy cuenta (por eso de que cuando estas enamorada no te das cuenta de casi nada) de que todos los enamorados somos iguales y no te das cuenta hasta que ves a otros, pero en seguida se pasa y te vuelves a sentir especial. Ah si! Voy a mandarle un mensaje a mi pitimini a ver como está. Mejor dos. Uy, me voy a poner a ver fotos. Y fotos. Mmm. Nosé que hacer más. Me da por hablarle en el messenger a todo el mundo. No me apetece nada hacer algo serio.

Me pongo una canción de recuerdos y hablo con mis recuerdos. ¿qué tiempo hace ahí? Joer , pa que pregunto, mira que soy gilipollas. Pues qué va a hacer, un buen día. Málaga primaveraniega, parece que me gusta ser masoca, que envida. “Aqui hace sol”. Sol? Miro por la ventana a ver si en estos dos segundos en los que he leido SOL (se me había olvidado esa palabra y su significado) le ha dado por configurarse de nuevo, resetear el mal día y aparecer. Pero el cielo sigue blanco. Los arboles se mueven en una danza de prisa y miedo. Y la tarde cae , a pesar de ser temprano.

Sigo sin tener una idea clara de qué hacer. Me da por preguntarle a una amiga: sigues ahí? Si, qué quieres. Uy, pues nada, no sé, la verdad. Y ya que nos ponemos de verdad me sale la respuesta sincera: es que he estado unas semanas tan estresada que ahora que tengo tiempo libre estoy aburrida. Río por no llorar. Mira que es irónica la vida. Asi que me cuenta algo por contar. Descubro que algunas cosas no cambian. Me imagino málaga, con su olor a mar, su solecito, sus calles color sepia, su esencia remarcada de ayeres.

Me imagino ahí, corriendo alguna parte u otra, pero no lo veo tan lejano que parece un sueño. Miro por la ventana, el sol sigue escondido, el cielo sigue incoloro, alguien se olvidó de que el azul celeste no se le puede echar lejía cuando lo lavas en la lavadora junto con las nubes blancas.

Me da por pensar, que cuando no estás muy vago es una de las cosas productivas que tiene el tiempo libre. Pienso que ahora que estoy sola, quiero escribir. Sí, que cuando hay estrés no puedo , y además cuando tienes pareja como que compartes todo con la otra persona y ya no te quedan cosas que contarte a ti mismo. Sí, echaba de menos echar de menos , y estar solica... sola. Soledad, qué bonita es la soledad, y mira que hay gente que no la aprecia! Y que cuando pueden apreciarla, en vez de eso se dedican a pensar en que no quieren estar solos.. Uy uy uy, empiezo a caer en peligrosidad sobre la teoría de la soledad y de ventajas y desventajas de tener pareja o tener soledad. Es mi contra sentido, no creo en las relaciones pero estoy profunda y desgraciadamente felizmente enamorada. Amo estar sola, no quiero estar con nadie, pero no puedo desenamorarme. A veces me cuesta concretar detalles con mi destino, que llega siempre a mi vida irrumpiendo y no me deja elección a abogado. Enfín, lo que decía, que los que están solos lloran porque no tienen a nadie y los que tienen a alguien añoran estar solos.

Y alguien está conforme?

Sólo los que deciden estarlo.

Voy a ver si encuentro otra cosa estúpida que hacer y me conformo un rato con mi vida normal especial mía mía y mía.

Y disfrutar un poco de la nada después del todo, y vezavirsa, como siempre dice él.


Sábado 14 de marzo del 2009, 15:03


martes, 3 de marzo de 2009

Día estupido guay de la muerte with my and myself

Ultimamente estoy de un estúpido que no me soporta ni la más quejicas de las Irenes que me conforman. Los lápices y papeles no me dan bola, vaya, que no me sale una buena idea desarrollada medianamente a lo aceptable ni a la de tres. Los días sin sol, los malos tiempos... o simplemente, los sin tiempos. El invierno se empieza a despedir, no sin antes pegarme una paliza de mil mocos y unos cuantos grados de más, cama y ojos que duelen, y esas cosas de resfriados bien pillados. Pero antes de resistirme a sus alaridos, me hice la fuerte y lo ignoré, acumulando antidefensas y achuses y malores hasta no poder moverme. Pero bueno, antes de eso, decía, para regocijarme en mi estupidez, me apeteciose pasar un día conmigo misma y con la Irene consumista. Empiezo temprano, que hace luz y aqui no abunda. Voy a la panadería a por desayuno, y a las 10.13 parte el tren para Erfurt. Mi pitimini se va a una entrevista de trabajo a Berlin y coge el tren en Erfurt (digo, excusa de mi viaje a la ciudad), pero ya que estoy ahí, voy a darme un paseo (mira que ya oigo las maracas de "Ireeeneee compraaaa" pero nada, me acerco a la boca del lobo). En H&O (no quiero revelar nombres de compañías, para que no se crean que he sido contratada y me he vendido por falta de dinero y sueños, todavia no!) pues eso, en N&M nace la primera idea consumista reconocible: mi bolso de lunares a modo bolsa del pan fabricado con mis manos no es suficiente para todo el peso que llevo (he de decir, que un poco si se basa en una verdad, mis medios textiles no llegaban para más que un cordon de zapatos como asas, y esta mañana me ha dado por salir de casa creyendo que tengo el bolso de Mery Poppins en modo poner todo ahí adentro que cabe seguro, y mi invento me iba dejando marcas rojas a lo martir en los hombros, transpasando las capas de jerseys y abrigo). Entonces, empiezo a pensar entonces, como : ahora que lo pienso, no tengo ningún bolso negro. No irene, desecha la idea de bolsos, es una enfermedad ! Tienes cientos! Pero, si es tu enfermedad, por qué no la aceptas? Me voy huyendo de la tienda. Paseo, para seguir engañandome. Llego a Zera (vuelvo a pedir perdón, no puedo revelar nombres), "alomejor aquí hay otro más barato" me miento, como quien no quiere la cosa. Anda, que pantalones mas guays. Me los voy a probar a ver, si a mí nada más que probarme cosas me divierte (mentira hecha sacada del tintero numero 459). Resultado: acabo entrando al probador con más de 6 pantalones y 7 camisetas. No, esta vez no miento ni exagero. Y claro, en el probador, que parece que te esconde cuando corres la cortina, te espera un ser muuuy malo: el espejo. Entonces realidad y principios se confrontan. Tu te ves ahí, ya si que te estas viendo, con eso puesto, diciendo uuyy, que me esta gustando, qué peligro. Y te dices, no , no debo, no lo necesito. ¿pero y si? No! tengo mucha ropa! Me salgo del probador. Me vuelvo a los cinco minutos a probarme exactamente lo mismo. Empieza la segunda fase: Seguro que este sera el pantalon de la temporada, se convertira en mi pantalon favorito, lo presiento. El otro negro está el pobre medio gris pálido con roales blancos... (autoconvencimiento para no sentirme culpable por empezar a decidir que quiero comprarme los dichosos pantalones). Y la camiseta? Uy, es que es la camiseta perfecta para estos pantalones. Si solo tengo tantas camisetas que ni me acuerdo! Esta sin duda es la camiseta. Además, oye, me hace feliz, no me veo tan gorda. Uy, si no estoy tan gorda, será porque ayer hice un poco de deporte (los espejos de las tiendas también están fabricados con defectos de mejoría a la persona que los mira, a posta). Seguro es la camiseta. Bueno venga, no le des más vueltas, un día es un día, este mes comes menos pescado y más pasta. Uy, pero y el chall? No, el chall es un timo, 20 euros por un trozo de tela! ¿qué se han creido los explotadores estos de pacotilla? ¿que pueden engañarnos? ¿qué pasa cuando necesito este chall y no tengo este dinero? Es de risa vaya. No se lo permito. Le quito la etiqueta y me lo llevo. Jáh! (autoconvencimiento numero 6 para sentirme mejor con mi compra haciendo un poco de causa por mi lucha antiglobalización antigrandescompañias, pero mira que es teoría estupida, pagar unas cosas y otras no....) Enfin. La dependienta era simpática. Me voy a la siguiente tienda también huyendo. Y a la siguiente. Y mejor no cuento mis batallas con el espejo. Depronto, sin darme cuenta, estoy dentro de la trampa de araña: entro en una tienda de libros. Dios, Irene, estas perdida. Menos mal que todo es alemán y no puedo comprar muchos libros así a saco. Me dirijo automaticamente a la sección infantil pero un niño de 8 años mira con curiosidad como miro los libros para niños de 5. Sentirte intimidada por un niño que sabe leer aleman mejor que tú y está en una sección de libros infantiles más avanzada es un trauma dificil de superar. Así que me voy con la barbilla alta a la sección de libros de mayores. Hay unas portadas que parecen... que parecen parecer super interesantes. Los diseños son muy... muy creativos y llamativos e inteligentes. Sí. Y las palabras rebuscadas. Seguro! por eso no entiendo ninguna. Pero no porque mi nivel de alemán sea pobre. Puf! me vas a venir tú a mí con esas. En fin, casi cuando estoy a punto de llorar, encuentro el libro de Carlos Ruiz Zafón en un CD para escucharlo, traducido al alemán. Doy saltos de alegría. Busco desesperada la dependienta, por fín tengo una pregunta interesante en una tienda de libros que no se resuma a: "la sección en español o inglés por favor". Hablo con mi mejor aleman, le pregunto si tienen ese libro también (no en cd, me refiero) y le explico que es un autor español y bla bla bla bla que a ella se la replanflinfla, porque entre que me entiende la mitad y que la otra mitad tampoco es de mucho contenido vital para su tienda o su vida, no hay otra alternativa que se la replanflinfle. Pero no! ella se sumerge en una conversación amable y en un aleman lento. Ay ! aun queda gente piadosa! Compro definitivamente el CD de La Sombra del Viento (Der Schatten des Windes) . No os vayais a creer que lo voy a entender si lo escucho, pero a mi pitimini le gusta escuchar libros, y decía que no había autores españoles traducidos al alemán. Y mi orgullo hispano letril no tiene tamaño mesurable. Enfin, contenta con comprar algo menos consumista y convencida con que las tiendas de libros me atrapan por su esencia (porque esta claro que incluso cuando no puedo comprar libros, me puedo quedar allí horas) salgo a la calle donde mi estómago se hace escuchar (más bien me chilla) y entonces sucede el momento catastrófico donde me asalta la idea más estúpida consumista idiota del día, la lúcida idea-antojo de que quiero comer en el Makdomals (nombre irreal, he de decir que bajo ningun comncepto puedo revelar nombres, o algo que se les parezca, pero si me explico, es un sitio donde venden basura masticable or in english, fast food). Pero bueno, es que la lucida idea se me hace agua, vaya que me apetece que te cagas. Y ahora que lo pienso, encaja y va a juego perfecto con mi estúpido dia consumista que tanto estoy disfrutando para que vamos a engañarnos. Me dirijo al restaurante en cuestión, sonriente, y no sin antes pasar por el H&N y comprar el maldito bolso culpable de generar la cadena de ideas consumistas, y he de decir, que vuelvo a él después de haber visto otros 30 bolsos más y haber gastado mucho más dinero sólo porque "quería encontrar otro más barato"... y de paso encontrar todo lo que encuentre de paso. Pero compro el primer bolso que ví, sólo porque no he visto otro mejor y porque ya me he autoconvencido de que lo necesito, y porque el capricho estúpido humanil no se sacia si no es con el ideal que lo genera. En Makdomal compro una hamburguesa patatas y cocacola, para ser originales. Empiezo a analizar la forma de trabajo allí, y compruebo cuando me dan mi hamburguesa que está recién hecha y que de verdad parece una de esas de las fotos que hacen para que sea bonito y luego nunca se parecen en la realidad. Si es que los alemanes son perfectos hasta para la comida mierda,,, digo, basura. Dispongo de meses de trabajo en el Makdonal de Málaga para comparar y hablar con propiedad del asunto! Me siento mejor de tomarme el almuerzo basura como experimento antropológico y estudio estádistico, y porque el mejor sitio que he favoriteado, en el sofá al lado de la ventana, viendo el sol, está libre. También me consuelo a mí misma diciendome que me ha dado asco durante más de un año comer ahí y que tampoco voy a morirme por digerir basura mac-ticable un día. A las 14.04 horas el sujeto compra la hambuerguesa y se sienta. Termina su hamburguesa lentamente y saca todas las cosas del viejo bolso para ponerlas en el nuevo maldito bolso. Se prapara con todos sus lápices y enseres y cosas para escribir (he de apuntar, que tengo rotuladores nuevos molones y caros de mi regalo de cumpleaños de los que estoy orgullosa y que por eso pongo encima de la mesa aunque solo cvaya a usar el lapiz) La sujeto es observada con curiosidad por los otros sujetos del restaurante. A las 15 horas pasadas entra en pánico porque cree que se ha perdido uno de sus pendientes (nuevos que mamá ha mandado en el paquete de cumpleaños... si, he de decirse, la sujeto ha cumplido años hace poco, bueno años no, sólo uno más, ya es bastante). Antes de salir corriendo tienda por tienda atrás, se marea por la idea, se tranquiliza, confia en su buena suerte y lanza un conjuro para que esté entre su bufanda. El pendiente tiene pena de la sujeto y aparece. Así que la sujeto se sienta otra vez y escribe más. Luego sale otra vez disparada del asiento porque llega tarde a coger el tren. Llego dos minutos tarde. El tren no está. Noooooooooo pasa naaaaaaaaaada. Voy a tomarme un té en un sitio que me llamaba la atención llamado café cultura, y que ya que hoy se me ha ido la cabeza, voy a tirar la casa por la ventana. El té más barato 2.80 euros. Pido un grun tee machiato (te verde con vainilla y leche...). Al menos ha de decirse que el sitio es muy bonito, tiene sillones, musica buena, la dependienta sonrie y es amable, la bolsa del té es muy cuca y la taza bastante grande, y ¡hay una mesa de barra libre de azucar y canela! ¡Y tiene una jarra con agua sin gas para que te sirvas! Qué detallosos! eSte sitio le encantaria a mamá. Disfruto de mi precioso té de 3.30 euros y escribo. Me levanto del lugar con muucho tiempo y voy al andén donde está el tren. El tren no está. Me quedo esperando hasta que la hora se pasa. Voy a protestar. Pero me protestan a mí, la sujeta no se ha percatado de que a cada hora los trenes cambian de andén bailando entre el 7, el 6, el 1 y el 7g. Con lo que cada vez que llego ahí es una desesperación. Me queda otra hora que esperar hasta el siguiente tren. Nooooooooo paaaaaaaaaasa nada! nada va a arruinar mi positividad en este día estúpido conmigo misma. Y es que la vida es así, a veces el tren lleva retraso y cuando llegas tarde te ha esperado, y otras el tren se te escapa y tienes tú que esperar al tren adecuado.
Achús! El invierno ataca. Las puertas del tren que POR FIN me van a llevar a casa se abren, me acurruco en mi misma y me cuento un cuento.
Achús!
noooooooooo pasaaaaaaaaaaa nadaaaaa! nada me va a arruinar mi positividad en este día estupido de....Achuuuuuuuuuús!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.
Mierda! otra vez resfriada. Me pesan los ojos y el cerebro es más moco que masa pensante.
Pero no pasa nada.
La vida es así.
"El tren se vuelve a poner en marcha y me acuerdo que no sé a donde voy aunque sé a donde se dirige. Eso tampoco me preocupa demasiado, me preocupan más los lugares a los que no voy, saber si la próxima estación, en la que no voy a bajar, me gustaría más que la siguiente. El riesgo es algo incómodo de llevar...."
Me acurruco en esas palabras que suenan en mi cabeza cada vez que un tren se pone en marcha y me adormilo entre letras y palabras.
Un final feliz para mi estúpido día consumista conmigo misma que para que nos vamos a engañar, tanto he disfrutado.
(achús)

Los que decidieron pararse un ratito indefinido